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Monseñor Asenjo concede la Medalla Pro Ecclesia Hispalense a un activo feligrés y catequista, Rafael Portillo por su incansable trabajo en el Seminario de Sevilla

Nuestra parroquia se siente sumamente orgullosa y agradecida por el público reconocimiento recibido por un tan querido y activo feligrés.

El pasado viernes 29  de enero, el Arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo he hecho entrega de la medalla Pro Ecclesia Hispalense a Rafael Portillo García, licenciado y doctor en Filología Moderna por la Universidad de Salamanca y Catedrático jubilado de Filología Inglesa en la Universidad de Sevilla.

Rafael nació en Alcalá de Guadaira (1947) y está casado con Concepción Benítez,  padre de un hijo y abuelo de tres nietos.

En cuanto a su fructífera vida pastoral, colabora desde hace casi una década regularmente en la formación académica de los seminaristas mayores y menores con clases de apoyo, fundamentalmente de inglés, aunque también de otras asignaturas.

Destacada ha sido su participación en el Consejo Parroquial de la Parroquia del Santísimo Corpus Christi de Sevilla y del Consejo Escolar del Colegio Corpus Christi, de la Fundación Diocesana de Enseñanza.

Es un celoso y extraordinario catequista, que como él mismo dice “mantiene su espíritu joven con el trato asiduo con esos jóvenes que prepara”. Con orgullo podemos decir que ha preparado con esmero y dedicación a decenas de chicos y chicas para recibir los sacramentos, especialmente el de confirmación. Además de pertenecer a la Coral Polifónica de la parroquia y realizar labores diversas, pues como todos los que le conocemos sabemos “Rafael siempre está disponible si se trata de ayudar y llevar a Jesús a los demás”.  

“Siempre alegre, entusiasta, profundamente creyente, aparte de colaborar en la dimensión intelectual del Seminario, es un estímulo vocacional para los seminaristas, que lo quieren como a un padre. Siempre ha estado disponible para lo que el Seminario ha necesitado de él”, refirió el rector del Seminario Metropolitano de Sevilla, Antero Pascual.

Por su parte, el homenajeado dijo que la concesión de la Medalla  “es un honor enorme, creo que inmerecido. Quiero destacar  la gratitud que yo le debo al Arzobispo y a los formadores del Seminario mayor y menor que han  pensado en mi para esta distinción”.

Reconocimiento a su trayectoria

Monseñor Asenjo resaltó “el esmerado servicio a la Iglesia” que presta Rafael Portillo en sus múltiples facetas. “La Archidiócesis de Sevilla quiere expresar la gratitud por todo el bien que ha hecho durante tantos años y que sigue haciendo en la actualidad”.

El Arzobispo de Sevilla expresó que la Eucaristía a celebrar en la tarde del día de hoy la ofrecerá por Rafael Portillo, su familia y sus intenciones, “para que Dios le respalde siempre en su misión”.

Presencia del Seminario Metropolitano

Al acto de entrega de la Medalla Pro Ecclesia Hispalense asistieron el rector del Seminario Metropolitano de Sevilla, Antero Pascual; el vicerrector académico, Andrés Ybarra,  los directores espirituales Marcelino Manzano y Manuel Jiménez; el vicerrector del Seminario Menor, Carlos Rodríguez  y el administrador de ambos seminarios, José M. Escamilla.

Sobre la medalla

La medalla pro Ecclesia Hispalense es una copia de un pectoral de bronce de gran interés arqueológico encontrado en las inmediaciones de Itálica, que debió pertenecer a un obispo de la época visigótica, en los tiempos en que rigieron sucesivamente la Archidiócesis los santos Arzobispos Leandro e Isidoro.

El medallón, en bronce, presenta en su anverso grabado en sencilla silueta el Salvator Mundi, según la iconografía de la época, con el cáliz eucarístico y el anagrama griego IHS –iota, eta, sigma-, primeras letras del nombre de Jesús. En el reverso se representa el crismón, anagrama también griego de Cristo.

Este medallón es, junto con el sarcófago paleocristiano de Écija, la antigua sede Astigitana, el testimonio más antiguo de la Archidiócesis, y por ello se ha elegido como símbolo en la medalla que se entrega a aquellas personas que se han distinguido por sus buenos servicios a la Archidiócesis.